El joyero de Carmona murió por "asfixia" y golpes en la cabeza

Publicado: 05/11/2020
Los forenses del caso aseguran ante el juez que sufrió "mecanismos de tortura" y una "conmoción cerebral" por los golpes recibidos
Unos forenses que examinaron el cadáver del joyero de Carmona Francisco Cintado, por cuyo asesinato en agosto de 2018 están siendo juzgados en la Audiencia de Sevilla dos ciudadanos rumanos detenidos como presuntos autores del crimen --junto a un tercero aún en paradero desconocido--, han atribuido la muerte a una "asfixia posicional" de la víctima al estar sometida la misma a "ataduras" como "mecanismo de tortura" y una "conmoción cerebral" derivada de los golpes recibidos en el cráneo.

La vista oral ha continuado este jueves con la comparecencia de varios peritos, después de que el pasado martes declarasen los dos acusados, G.S. e I.I., ambos de nacionalidad rumana y de 42 y 26 años de edad, para quienes la Fiscalía solicita 33 años de cárcel en cada caso, por un delito de asesinato y un delito de detención ilegal como medio para cometer un delito de robo con violencia.

Según la Fiscalía, a las 18 horas del 6 de agosto de 2018, G.S., I.I. y el tercer investigado actualmente en paradero desconocido acudieron a la joyería con la excusa de un reloj cuya reparación habían encargado días atrás a la víctima, quien les abrió la puerta del negocio, para después ser asaltado por dos de los tres presuntos autores de los hechos, que "comenzaron a golpearlo brutalmente por toda la cara, cuerpo y extremidades", hasta atarle las manos a la espalda con bridas y también los pies y amordazarle con una cinta americana en la boca.

LE DEJARON INCONSCIENTE Y FALLECIÓ

Después, según la Fiscalía, el investigado no localizado "se sentó sobre el pecho" de la víctima mientras éste se encontraba boca arriba, "dificultando así sus posibilidades respiratorias", dejándole inconsciente de "un fuerte rodillazo en la cabeza".

Tras ello, los acusados se apoderaron de joyas y otros objetos, así como de 5.850 euros de dinero en efectivo y uno de los monitores de televigilancia "para evitar ser identificados", huyendo del local pese a que el joyero "seguía inconsciente y con signos de poder encontrarse inerte", falleciendo el mismo sobre las 21 horas, siempre según la Fiscalía.

Merced a este relato, y después de que la defensa de G.S. achacase la muerte de Cintado a un caso de "mala suerte" derivado de su "resistencia" al robo, la "pelea y el intercambio de golpes" con sus asaltantes y el hecho de que los mismos abandonasen la escena sin "preocuparse" por él, este jueves ha pesado el testimonio de dos forenses que examinaron el cadáver de Francisco Cintado y que han manifestado que las lesiones que presentaba el mismo no se corresponden con actos de "defensa", es decir que habría sido "reducido" sin "tiempo para defenderse" de sus asaltantes.

LA VÍCTIMA FUE "ESTRANGULADA"

Según estos dos forenses, Francisco Cintado fue "agarrado" fuertemente "con las manos" y fue víctima de un "estrangulamiento a mano", sufriendo "muchos golpes" en diversas partes de su cuerpo, incluyendo especialmente la cabeza, donde habría recibido un fuerte impacto, derivando todo ello en una conmoción cerebral con la pérdida de consciencia.

No obstante, los forenses han precisado que el joyero no recibió ningún golpe mortal de necesidad. Recordando que la víctima sufrió un "estrangulamiento a mano y con cinta americana" en el cuello, siendo sus manos atadas a la espalda con bridas y su boca amordazada con dicha cinta, los forenses han precisado que Francisco Cintado falleció por la suma de varios factores, principalmente la "asfixia posicional" derivada de la postura en la que quedó con "ataduras" a modo de "mecanismo de tortura y la citada conmoción cerebral fruto de golpes en el cráneo.

"Todos estos mecanismos dan lugar al fallecimiento", han enfatizado los forenses, mientras en paralelo un agente de la Policía Judicial de la Guardia Civil que examinó la escena del crimen ha narrado que el cadáver de Francisco Cintado tenía "la cara hinchada e inflamada", presentando una herida en el cráneo, así como los pómulos y los ojos también "inflamados" y la nariz "ensangrentada", mientras en el interior del negocio "todo estaba muy revuelto".

Otro agente de la Guardia Civil ha corroborado que el cuerpo presentaba "heridas en el rostro, los carrillos hinchados, los ojos amoratados" y una "brecha" en el cráneo, interpretando que la escena del crimen habría acogido "un forcejeo o una lucha", señalando la "violencia" del crimen y la gran "repercusión social" del mismo en Carmona, mientras otro de los investigadores ha relatado que la mayor mancha de sangre en la escena del crimen fue descubierta cerca de la cámara acorazada de la joyería.

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