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Torremolinos

Torremolinos lo tiene todo (IV)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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Torremolinos es el pueblo encantador y la deslumbrante ciudad donde la alegría brota como el agua y como las flores, a lo largo del año entero, en todos sus rincones. Si hay un lugar bajo el sol que lo tenga todo, un lugar donde las gentes lo compartan todo, donde espontáneamente salten de gozo los corazones y las calles se hagan ríos de hermandad y de colores durante las fiestas y donde la naturaleza pinte sonrisas que ni el mar puede abarcar, ése es Torremolinos. Ya sus playas son amplias sonrisas naturales que pintores celestiales dibujaron en la arena, como si los dioses y las musas hubieran elegido el lugar, calco del paraíso, para su inspiración y recreo. Torremolinos es la sonrisa y la fiesta del sol y del mar. Aquí se hace carne el eslogan que reza: "al turismo, una sonrisa". Aquí la palabra FIESTA bien puede significar: "Feliz, Ilusionado, Espontáneo, Sonríe Torremolinos Alborozado".
El séptimo cielo de las fiestas de España se encuentra en Andalucía. En el sentido físico de la palabra, Andalucía es el "cielo" de España, pues en ella, en la soñada Granada cuyos encantos loan músicos y poetas, se eleva ese idolatrado terruño que esconde su corazón de nieve en las mismas nubes. Y el corazón de las fiestas hispanas palpita precisamente con más fuerza en la soleada Al Andalus. Toda ella es latido festivo. Su inmensa geografía es un bullicioso crepitar de fiestas, eterna algarabía que el pueblo andaluz vive y manifiesta con la más fogosa y rutilante gracia, como ningún otro pueblo del planeta sabe hacerlo.
La más honda manifestación del fervor popular se da en las romerías, cuyos orígenes hincan sus raíces en el bosque insondable de los tiempos. Estas pías celebraciones exhiben siempre sus mejores atavíos nupciales; pero, si en otros lugares las romerías lucen galas de invitados a la boda, en los pueblos andaluces visten auténticas indumentarias de novios reales. Obligatorio es citar aquí la gran romería de El Rocío, legítima heredera de encumbradas solemnidades precristianas, que es la primera de España por su fastuosidad y participación popular. Las carretas tiradas por bueyes y los corceles son elementos ya típicos en ella.
En Andalucía se dan otras muchas fervientes aglomeraciones de características similares a la precitada. La romería urbana más concurrida de Andalucía, y de España, es la de San Miguel de Torremolinos, la mayor parte de cuyo recorrido transcurre por el casco urbano y se celebra el último domingo de septiembre, con anterioridad a la Feria del mismo nombre. Considerada como Fiesta de Interés Turístico Nacional, la Romería de Torremolinos goza de una concurrencia media de más de doscientas mil personas. No menos de ciento cincuenta carretas y vehículos opulentamente engalanados participan en el magno desfile. Hacia el mediodía, los romeros se dan cita en los cercanos pinares de los Manantiales, donde comparten fraternalmente comidas y agradables momentos hasta la caída de la tarde.
Pletórico de festividades y días de especial solemnidad está el calendario de Torremolinos. Pocos pueblos de España tienen un brillo tan peculiar en lo que a fiestas se refiere. Amén de su popular Romería de San Miguel y de su inseparable Feria (para cuyo desarrollo cuenta el municipio con un lujuriante recinto cuyas casetas están abiertas permanentemente al público), destacan a lo largo del año en Torremolinos:
El "Día del Pescaíto", que se celebra el primero o segundo jueves de junio en La Carihuela y en el que el pueblo comparte con visitantes y autóctonos los sabrosos productos de la mar. El "Día del Turista", el primer jueves de septiembre, en que el Ayuntamiento homenajea a visitantes y residentes forasteros. El "Día de los Abuelos", sin parangón en otras ciudades; en él se exalta la figura del anciano, compartiendo las primeras autoridades un frugal almuerzo con los mayores del municipio. La "Noche de San Juan", que se festeja en la playa con la asistencia de decenas de miles de personas que saltan espectaculares hogueras. El "Día de los Verdiales", jubilosa exhibición del folklore malagueño, en el marco natural de los pinares, con la degustación de una gigantesca paella que ofrece el consistorio, como es el caso en otras gozosas ocasiones.
En el ambiente religioso, se vive en Torremolinos con especial recogimiento la tradicional Semana Santa, muy ensalzada por las hermandades del pueblo, apoyadas éstas por una multitud de cofrades. Destacables son también las Cruces de Mayo, en cuya elaboración se superan los participantes año tras año. El "Día de la Virgen del Carmen", Patrona y Alcaldesa de Honor de Torremolinos, vive La Carihuela una jornada cargada de emotiva y original solemnidad. Y el dulce sabor de las navidades se realza con la "caja de Navidad", espléndida e insólita atención con que el Ayuntamiento obsequia a los jubilados y trabajadores en paro empadronados en el municipio.
Los carnavales de invierno y las veladillas de verano en las distintas barriadas del pueblo son otros de los esparcimientos anuales, de creciente relevancia. Y es que, en cuestión de fiestas, Torremolinos también lo tiene todo.

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