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Jaén

Aventura en lo gris

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Como en la ‘Aventura en lo gris’ de Buero Vallejo, el telón cae antes de que asistamos a la ejecución sumarísima de los dos protagonistas. La obra de Griñán, principiada en marzo de 2010, también terminó sin que tuviéramos que presenciar su estrepitosa caída desde las alturas institucionales u orgánicas del aparato. Como la alternativa huera de Zoido en el PP regional. Griñán se despide, resentido, dolido, aunque satisfecho del revulsivo que ha supuesto la elección predemocrática de su sustituta: primero señalada y luego santificada, antes de ser elevada a los altares este próximo fin de semana en Granada.¿Quién puede decirle ahora a Griñán que su ‘operación relevo’ no ha sido un absoluto éxito? Zoido es un invento de Arenas, impulsado por Cospedal para llenar con inmediatez el hueco que dejaba el ganador insuficiente de las últimas elecciones andaluzas, que -a la vista está- no sirvió más que para alargar torpemente la duda sucesoria. Griñán y Zoido, a estos efectos, ya son dos ‘ex’ de sus  ‘ex’.


Susana Díaz concreta los pormenores del congreso extraordinario del PSOE-A que la situará con el mismo poder que tenía su mentor y antecesor, mejorado por la edad –cambio generacional-, el discurso –alegato en pos de la unidad- y las expectativas –el relanzamiento de la marca comienza en su principal bastión territorial, Andalucía-. Por su parte, José Luis Sanz, secretario general del PP-A, alcalde de Tomares, la voz y el rostro de los populares andaluces en las mil y una comparecencias públicas en las que no quiso dar la cara Zoido, se placea estos días cambiantes de otoño por provincias, de Cádiz a Jaén, reclamando un relevo sin sobresaltos al frente de San Fernando. Fernández de Moya le invita a presidir la comisión ejecutiva del PP jaenero con el fin de visibilizar su buena relación (¿José Enrique, en Sevilla, de secretario general?) y, de paso, escenificar la complicidad de la dirección regional en su decisión de rescindir el convenio con la Junta para la prestación del servicio de ayuda a domicilio a cuatrocientos y pico dependientes. 2 millones de euros de atrasos, casi la mitad podría llegar esta misma semana y, al fondo, como convidado de piedra, Rafael Cabrera, el empresario de las demoliciones, metido a titular de Multiservicios Jabalcuz, por obra y gracia de la fluida relación, en calidad de proveedor y contratista, que siempre tuvo con el Ayuntamiento de Jaén. Desde los felices tiempos del boom inmobiliario, con el consistorio en plan promotor a través de Somuvisa, a salvarle un match-ball al equipo de Gobierno del PP cuando Macrosad denunció la insostenibilidad de los impagos municipales, al accionariado de un Real Jaén que se debatía entre el ser y la nada.


Pero José Luis Sanz no venía a Jaén, como quedó sentado anteriormente, a respaldar a nadie, sino más bien a lo contrario, a recibir el espaldarazo de una de las ocho territoriales del partido en la comunidad. La sombra de Sanz es Nieto, José Antonio, el regidor cordobés, un ex dirigente del CDS que hizo fortuna política a la vera de María Jesús Botella –la cuñadísima- y Rafael Merino, y ha logrado los mejores resultados conocidos en una provincia históricamente de izquierdas, con mayoría absoluta tanto en el consistorio capitalino como en la diputación. Sanz necesita demostrar que tiene predicamento entre la dirigencia regional, mientras Nieto se pertrecha en segunda fila como valor sólido y salida previsiblemente dictada por Génova caso de no consensuar antes los barones andaluces un candidato a la presidencia de la Junta. En suma, el dilema es Sanz, o la prolongación del influjo Arenas, o Nieto, la nueva era bajo el auspicio de María Dolores de Cospedal.
Mario Jiménez, discretamente, se pone a las órdenes de Susana. Podría seguir comandando la sala de máquinas de San Vicente. Susana, Mario y Rafa Velasco eran los tres jóvenes lugartenientes a quienes Griñán encomendó la nave orgánica del SOE andaluz. Una de Sevilla, uno de Huelva y el otro de Córdoba. Solo el tercero hizo mutis por el foro. Mandan los que mandan. En el PP, ya digo, uno de Córdoba y otro de Sevilla. El liderazgo en los dos partidos hegemónicos andaluces es patrimonio de Occidente. En el Oriente, Jaén tristemente, entretanto, jugar sus bazas y triunfar sería proyectar la carrera de De Moya fuera de ese barco a la deriva que es el Ayuntamiento, o propiciar que Paco Reyes reescriba el sino de Micaela o que favorezca la promoción de jóvenes como Julio Millán.


Están ya por encima de todo temor: ellos han vencido. Erguidos y sonrientes contemplan ahora la boca de los fusiles. No alcanzamos a verlos caer. Antes cae el telón.

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