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Rusia espera un endurecimiento de las sanciones occidentales

Según el viceministro, "la política independiente de Rusia en los asuntos internacionales, la defensa decidida que hace de su soberanía y la consolidación del pueblo en torno a sus líderes" son factores que irritan a los adversarios de Moscú

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El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, advirtió hoy de que el país debe prepararse para un endurecimiento de las sanciones occidentales, independientemente de cómo se desarrollen los acontecimientos en el este de Ucrania.

"Creemos que, independientemente de la situación en Donbás (la zona del conflicto ucraniano) o en otros lugares, debemos esperar un endurecimiento de las sanciones en determinados sectores", dijo Riabkov, citado por las agencias locales, en una exposición de armamento en la ciudad Nizhni Taguil, en el sur de los Urales.

Según el viceministro, "la política independiente de Rusia en los asuntos internacionales, la defensa decidida que hace de su soberanía y la consolidación del pueblo en torno a sus líderes" son factores que irritan a los adversarios de Moscú.

"Y, naturalmente, las sanciones, que son un instrumento de la agresión política exterior contra la Federación de Rusia, han resultado muy oportunas en esta situación", agregó.

Riabkov recalcó que hay que partir del supuesto de que las sanciones occidentales adoptadas contra Rusia "van para largo".

"No nos hacemos ilusiones, al menos en el Ministerio de Exteriores, de que las sanciones puedan ser suavizadas o levantadas próximamente", recalcó.

Recordó que las sanciones fueron impuestas "con el pretexto de los sucesos en Crimea y el este de Ucrania", pero subrayó que Occidente también podría haberlas impuesto en otras circunstancias.

Tras la anexión de la península de Crimea, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países occidentales adoptaron una serie de sanciones contra Rusia por su participación en la crisis ucraniana y su papel en el conflicto armado en el este de Ucrania, que según los últimos datos de la ONU se ha cobrado cerca de 8.000 muertos.

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