La Guardia Civil ha desarticulado en Níjar a un clan familiar formado por cuatro miembros que presuntamente se dedicaban a la venta de droga y operaban desde el domicilio en el que residían en San Isidro.
Según ha informado el Instituto Armado a través de una nota de prensa, han sido detenidos un varón de 52 años, su mujer de 66 y sus dos hijos varones de 26 y 24 años como presuntos autores de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y otro de pertenencia a organización delictiva.
La operación, que se ha desarrollado bajo el nombre de 'Jarapa1', se inició el pasado mes de junio como parte de las actividades preventivas y a raíz de las "numerosas aprehensiones de sustancias estupefacientes", especialmente de cocaína, practicadas por la Guardia Civil en una barriada de la localidad de San Isidro durante los meses de abril y mayo del presente año.
Durante los meses de verano la Comandancia intensificó nuevos servicios de vigilancia y operativos de control con los que comprobaron el "constante flujo de personas ajenas a esta familia que se acercaban a la entrada de la vivienda donde permanecían breves instantes".
"Varias de estas personas que salían de la vivienda fueron identificadas en las cercanías del inmueble portando pequeñas bolsas en sus manos, lo que reforzó las sospechas", han añadido fuentes de la Guardia Civil.
Con toda la información recabada, los agentes procedieron a la inspección de la vivienda, donde se incautaron de 3.735 euros en efectivo, 16 gramos de cocaína, así como dos botes con diversas sustancias para el corte de la droga. Además, los agentes hallaron numerosas papelinas y pequeñas bolsas de plástico preparadas para la dosificación, una máquina para contar billetes, un bate de béisbol y un elemento de defensa personal de fabricación propia.
Las diligencias instruidas, junto con la droga y los efectos incautados, han sido puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Almería.
Tal y como expone el Instituto Armado, "el tráfico y consumo de drogas representan un riesgo significativo para seguridad colectiva, especialmente cuando se realizan en el entorno de una vivienda situada en un núcleo urbano y que también suponen un grave peligro para menores y personas vulnerables, quienes pueden verse expuestos a las consecuencias del ambiente ilícito que propician este tipo de delitos".
