La Autoridad Portuaria de Sevilla prevé celebrar a final del mes de julio, probablemente el día 29, una sesión de su consejo de administración en la que sería debatido y previsiblemente aprobado el pliego de condiciones que regulará el concurso público destinado a ofertar la explotación de las instalaciones portuarias del antiguo astillero. La convocatoria de este concurso público responde al incidente de "competencia" en el que incurren las propuestas formuladas por las sociedades 'Sevilla Shipyard' y 'Astillero del Guadalquivir' para explotar las instalaciones industriales abandonadas al finalizar 2011.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Fernández, ha manifestado a Europa Press que esos son los planes de la administración que dirige. Sus previsiones, según ha dicho, pasan por celebrar el 29 de julio una sesión del consejo de administración en cuyo orden del día figuraría el documento correspondiente al pliego de condiciones del citado concurso.
DOS PROPUESTAS EN LIZA
De momento, la sociedad limitada 'Sevilla Shipyard', nacida de la mano de Luis Ramón de Celis, proyecta en las antiguas instalaciones fabriles la creación de un negocio de reparación de buques que comenzaría a navegar con una inversión inicial de un millón de euros para generar unos 100 puestos de trabajo directos y hasta 700 indirectos operando sobre 11.000 metros cuadrados del astillero sevillano. Sobre la propuesta de 'Astillero del Guadalquivir', Manuel Fernández ha explicado que se dirige a "la construcción y reparación de barcos" y que la empresa procede de Andalucía, pero no de Sevilla.
Como es sabido, el astillero de Sevilla detuvo completamente su actividad el 31 de diciembre 2011 tras una larga agonía financiera y económica. Porque tras su segregación de la antigua sociedad naval 'Izar', extremo que separó al astillero hispalense de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el astillero entró en una lenta deriva hasta su adquisición por parte de los Astilleros de Huelva. No obstante, el funcionamiento de los astilleros bajo la gestión de los empresarios onubenses tampoco prosperó y, finalmente, las instalaciones fueron clausuradas al finalizar 2011 al arrastrar la sociedad gestora una deuda de aproximadamente 193 millones de euros.
GOLPE HISTÓRICO A LA INDUSTRIA
Así, el astillero de Sevilla cerraba tras casi 60 años de actividad y haber gozado de volúmenes de producción que, por ejemplo en los años 80, implicaban la contratación de hasta 5.000 personas. Desde entonces hasta ahora, no obstante, los astilleros sevillanos han albergado algunas operaciones puntuales, como la reparación del velero alemán Alexander von Humboldt o la finalización del ensamblaje del ferry encargado en 2007 por la naviera 'Viking Line'.
